Uno de los motores más interesantes y exitosos que Mazda ha tenido es el motor rotativo Wankel.
Relevante por mover a algunos de los autos de Mazda más famosos de su historia, pasando por el 787B que ganó Le Mans en 1991 hasta el RX-8; último modelo de producción con este motor.
Su nombre tiene origen por su creador Félix Wankel quien trabajaba para una marca alemana llamada NSU misma que dejó de existir y cuya motivación para crear este motor era conseguir más eficiencia y fiabilidad.
Una vez extinta NSU, las patentes fueron adquiridas por Mazda, que con ayuda de sus ingenieros y de Nippon Carbon Co., Ltd., darían el desarrollo necesario para volverlo un éxito.
En 1963 el equipo de ingenieros de Mazda logró un gran avance: uno de sus ingenieros propuso cambiar ciertas características en el sello del motor, realizando pruebas exitosas que eliminaban las marcas de vibraciones en la superficie interna del motor.
Para el año siguiente Mazda creó un nuevo sello hecho de materiales compuestos por aluminio y carbono. Esta innovación abrió el camino que llevaría por primera vez a las calles autos con motor rotatorio.
El Mazda Cosmo Sport fue el primer auto diseñado para ser propulsado por un motor rotatorio que junto a un diseño poco convencional, causó una gran expectativa.
Antes del lanzamiento del Mazda Cosmo Sport, por sugerencia del Presidente Matsuda, se organizaron recorridos de prueba a través de Japón y poder así evaluar el desempeño del auto.
“Si fallamos después de haber llegado tan lejos, se dirá que el motor rotatorio es inútil. Y eso sería lamentable", expresó Matsuda.
El motor rotatorio superó cada una de las pruebas, estando así un paso más cerca de su comercialización.
Finalmente, el 30 de mayo de 1967, el Mazda Cosmo Sport fue lanzado al mercado. Esta fecha marcó el debut del primer auto de producción en serie del mundo, propulsado por un motor rotatorio.
